Mota-Engil y el gobierno federal: Contratos millonarios y trabajadores insatisfechos

Ciudad de México a 26 de julio de 2023.- El gobierno federal, en busca de soluciones sólidas en infraestructura, encontró en Mota-Engil, una empresa con raíces portuguesas, a su aliada de preferencia. Sin embargo, mientras los contratos que vencerán entre 2026 hasta 2032 se mantienen, los electricistas enfrentan conflictos laborales que desafían su estabilidad.

Bajo el liderazgo del presidente Andrés Manuel López Obrador, el gobierno federal planea su entrada al ámbito aeroportuario al integrarse a los consorcios empresariales creados durante su administración. La empresa resultante, en asociación con Aeropuertos y Servicios Auxiliares, asumirá la gestión inicial de los aeropuertos de Nayarit y Puerto Escondido.

El año pasado, Mota-Engil aseguró contratos valiosos para llevar a cabo la rehabilitación del tramo Compostela-Las Varas en Nayarit, en el que el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) le concedió más de 12 mil 542 millones de pesos en un proceso de adjudicación directa. Este hecho singular coloca a la empresa entre las principales beneficiadas con los montos más abultados durante el mandato gubernamental, según Reporte Índigo.

De acuerdo con los registros de Compranet, la compañía presidida por José Miguel Bejos en México fue superada con contratos importantes, al ser superada únicamente por Solar Bodega, empresa que suministró e instaló un sistema de paneles solares en el ayuntamiento de Chochola, Yucatán, y Agroasemex.

El financiamiento de 12 mil 417 millones de pesos que le fue otorgado a la empresa de Portugal, le permitió llevar a cabo el mantenimiento del tramo de la carretera Jala-Compostela, Nayarit. Al mismo tiempo, el Fondo Nacional de Turismo (Fonatur) la contrató para encargarse de la construcción del tramo Chiná y Campo de Tiro del Tren Maya. También se dedicó a la rehabilitación de 310 kilómetros de vía férrea y al acondicionamiento de 87 puentes en el tramo de Coatzacoalcos-Palenque, al generar un aumento de 26 millones de pesos en sus arcas.

La empresa de origen portugués, fundada en 1946, tuvo un punto de inflexión en México en 2013, cuando logró posicionarse gracias a las oportunidades en las compras públicas otorgadas por el gobierno durante la administración de Enrique Peña Nieto, según Reporte Índigo.

En asociación con el sindicato eléctrico SME, dieron vida a Generadora Fénix y lograron obtener concesiones para operar 15 plantas hidroeléctricas y una termoeléctrica, al incluir la histórica planta Necaxa. Sin embargo, a lo largo de los años, esta unión estuvo envuelta en constantes disputas laborales y enfrentamientos, incluso se alzaron acusaciones de corrupción dirigidas al líder sindical Martín Esparza Flores.

La polémica que acompañó a Generadora Fénix se enfocó en las exigencias de los electricistas, quienes defienden la soberanía nacional y señalan una supuesta entrega «ilegal» de las plantas e instalaciones de energía a Mota-Engil.

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